sábado, 26 de enero de 2008

Photograph

En 1983 el grupo Def Leppard sacó el disco Pyromania, una de las canciones incluidas fue Photograph.
Aquí les dejo el vídeo y la letra:


Huh!
I'm outa luck, outa love
Gotta photograph, picture of
Passion killer, you're too much
You're the only one
I wanna touch
I see your face every time I dream
On every page, every magazine
So wild so free so far from me
You're all I want, my fantasy
Oh, look what you've done to this rock 'n' roll clown
Oh Oh, look what you've done
Photograph - I don't want your
Photograph - I don't need your
Photograph - All I've got is a photograph
But it's not enough
I'd be your lover, if you were there
Put your hurt on me, if you dare
Such a woman, you got style
You make every man feel like a child
You got some kinda hold on me
You're all wrapped up in mystery
So wild so free so far from me
You're all I want, my fantasy
Oh, Look what you've done to this rock'n'roll clown
Oh Oh, Look what you've done

[Repeat chorus]

You've gone straight to my head

jueves, 24 de enero de 2008

Chaves pone orden en el patio de recreo

¿Acaso no quiso Mao Tse-tung lo mejor para su país?, ¿no puso todo su empeño y buena intención en el Gran Salto Adelante?
¿No se desvivió Pol Pot para acabar con la malvada burguesía?
¿No deseó Hitler convertir Alemania en la nueva Roma, espejo en el que se miraran con envidia las demás naciones?
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La búsqueda de la sociedad perfecta, tal como la conciben unas cuantas cabezas privilegiadas, sólo ha engendrado abyectos regímenes y un intervencionismo atroz.

Pero el inmenso osario que fue el siglo XX no ha servido para que se aprenda la lección.
Siguen los nefastos políticos queriendo ejercer una constante tutela sobre nosotros sus súbditos, y lo hacen de manera obscena, sin importarles lo ridículo y grotesco de sus decisiones.
En su afán por moldear al prójimo quieren sustituir nuestras convicciones por sus recetas morales, que huelen a rancio.



El último ejemplo de esta arraigada manía de dirigirnos es la noticia de que el gobierno andaluz de Chaves quiere cambiar las reglas de los juegos infantiles por ser sexistas.
Pero, ¿qué es eso de dejar a los chavales solos con su imaginación?
Llegó la hora del regulador supremo, el centinela de la revolución y, como decía la canción de Los Ilegales,el que espía los juegos de los niños.




Huyamos de esta nación de locos.

viernes, 18 de enero de 2008

El tesoro de Sierra Madre

He de confesar que tengo debilidad por el cine de John Huston, un tipo que comenzó su carrera de director con nada más y nada menos que El halcón maltés (The Maltese Falcon, 1941), una adaptación del libro homónimo de Dashiell Hammett y una joya del cine negro, género en el que alcanzaría de nuevo la gloria con la excepcional Cayo Largo (Key Largo, 1948).
De 1948 es también El tesoro de Sierra Madre, dos obras maestras nos dejó en el mismo año este santo varón.

En The Treasure of the Sierra Madre asistimos al encuentro casual de dos norteamericanos que malviven en tierras mejicanas buscando algún trabajo.
Una noche coinciden en un infecto albergue con el viejo Howard (Walter Huston), que habla a los presentes sobre su experiencia como buscador de oro, y de que él estaría dispuesto a volver al oficio si alguien le acompañara.
Como la situación de los jóvenes Fred C. Dobbs (Humprhey Bogart) y Bob Curtin (Tim Holt) es desesperada deciden ofrecerse al anciano para ayudarle en una nueva expedición. Una vez solucionados los problemas monetarios para comprar el equipo necesario, se ponen en marcha y se adentran en inhóspitas tierras.
Tras un largo y agotador viaje montaña arriba (en donde los novatos Fred y Bob se asombran de la capacidad de aguante del senecto Howard, que ni descansa ni bebe agua) encuentran el ansiado tesoro.
Aquí empieza el duro trabajo, la incertidumbre ante la siempre presente amenaza de los ladrones y, por otra parte, la posibilidad de que se descubra que no tienen registrada la mina.

Pero, como les advirtió Walter antes de partir, el oro enloquece a los hombres, por muy sensatos que pudieran parecer. También hay que tener en cuenta que los tres protagonistas se han puesto de acuerdo en el arriesgado proyecto sin conocerse realmente, no sabemos casi nada del pasado de ninguno de ellos.
La confianza empieza a flaquear y el personaje al que da vida Bogart muestra un comportamiento cada vez más extraño, propio de un lunático. Llegará un momento en que conciliar el sueño será tarea imposible.
No les voy a desvelar lo que les sucede a estos tres intrépidos sujetos, pero sí quiero señalar que el final de la película parece directamente inspirado por el espíritu de If, famoso poema de Rudyard Kipling; no en vano de este autor tomaría Huston un relato para rodar la también recomendable El hombre que pudo reinar (The Man Who Would Be King, 1975) con Michael Caine y Sean Connery.

Como decía más arriba, esta historia se desarrolla en Méjico y la protagonizan unos perdedores norteamericanos, lo que me recuerda a otra película de esas que hacen historia, la violenta, crepuscular y maravillosa Grupo Salvaje (The Wild Bunch, 1969), del también indómito director Sam Peckinpah.

Una aparición estelar en El Tesoro de Sierra Madre es la del lagarto enchaquirado (Heloderma horridum), peligroso por su veneno y habitual de los desiertos mejicanos y el sudoeste de Estados Unidos.

miércoles, 9 de enero de 2008

A los alegres campistas

Los jóvenes deberían saber que cuando van de excursión y pincha la rueda de la furgoneta, o se pierden en un apartado bosque y no saben bien qué camino seguir, están siendo vigilados por alguien. Probablemente el inadvertido observador pertenezca a una familia huraña, poco dada a las convenciones sociales y, casi seguro, antropófaga.
Siempre es un error ir a pedir ayuda a la casa más cercana, sobre todo si ésta parece abandonada. Pero nada, les entran las prisas y se acercan a la puerta preguntando: ¿hay alguien ahí?

Lo más normal es que no obtengan respuesta, pero cuando están a punto de marcharse y salvar sus vidas siempre aparece el listo del grupo y dice: ¡parad chicos, he visto una luz! o ¡he oído algo!

En ese preciso momento empieza el terror.

Es necesario recordarles que si preguntan a un lugareño por una zona determinada y éste pone cara de miedo o, lo que es peor, suelta una risa malévola, deben desistir de su proyecto de fin de semana y volver a casa inmediatamente.
A estas buenas gentes que moran donde no llega el correo les molesta que los de ciudad irrumpan en sus dominios, y más sin son alocados mozalbetes que no paran de dar ruido.


Si les sorprende un temporal y el coche queda embarrado no busquen cobijo en un caserón, mejor no salgan del auto y esperen al día siguiente. A ser posible lleven consigo armas de fuego, eso es importante y no las litronas y el hachís, pues bajo sus efectos quedan aturdidos y no atienden a lo importante: su supervivencia


Pero si alguno se pone cabezón y se empeña en buscar hospitalidad en la mansión más cercana, tengan al menos la precaución de no entrar si les abre un tipo mal encarado, robusto y mudo. Está muy bien alejarse del bullicio de la ciudad y respirar el aire puro del campo, pero no olviden que las colinas tienen ojos.

Hagan caso, por favor, a estos consejos y así evitarán que se sigan haciendo películas de terror basadas en hechos reales.
No piensen que estos sucesos son obra sólo de rednecks norteamericanos o de remotas tribus asilvestradas, tarugos los hay por igual en todos los países.

Arriba, el mayordomo Morgan (Karloff) asusta a la señora Waverton (Gloria Stuart) en El caserón de las sombras (James Whale, 1932).



Buenas noches.