jueves, 20 de noviembre de 2008

La verdad está en sus manos.

Vean este vídeo (vía Jorge Valín ):




Los que hayan visto la película La noche del cazador (Charles Laughton, 1955) recordarán a su protagonista, el siniestro predicador Harry Powell, al que dio vida un magistral Robert Mitchun.

Bien, pues este curioso predicador engañaba, do quiera que fuere, a los más beatos de pequeños pueblos y escondía tras de sí a un auténtico monstruo. La parte estrella de su sermón consistía en enseñar los nudillos de sus manos (en una llevaba tatuada la palabra Love y en otra Hate) y escenificar una feroz lucha entre el bien y el mal. Lo que no sabía su entregada audiencia era quién se ocultaba bajo la piel del orador.
La señora vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega ni siquiera ve necesario disimular y directamente adoctrina a unos muchachos valiéndose del truco de la mano que representa el miedo y la oscuridad y la que, por el contrario, muestra el camino recto hacia el paraíso
Más tarde, en la rueda de prensa, niega ante la pregunta de una periodista. Pero ya es tarde, porque el vídeo es una muestra clara de lo que pretenden los políticos cuando hablan de Educación Pública. Ahí se ve como asoma la patita totalitaria y carente de vergüenza.

El predicador Harry Powell se ganaba la confianza de algunos incautos con el único objetivo de robarles; la vicepresidenta, mefistofélica, quiere apropiarse del alma de estos muchachos. Probablemente lo consiga.