sábado, 22 de septiembre de 2007

Una inquietante película de los 50.

Queda ya muy lejos la primera vez que vi esta película en TV, pero no cabe duda de que me impactó. Y cuando años más tarde, en el programa de Garci, Qué grande es el cine, volvieron a echarla, me dieron una enorme alegría. Nada más comenzar me asaltó una duda: ¿no sería el grato recuerdo fruto de que a un niño cualquier film de ciencia-ficción o terror le causaba generalmente una profunda impresión?
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¿Me defraudaría en esta segunda ocasión La invasión de los ladrones de cuerpos?

Sencilla respuesta: No. Es de lo mejor que he visto en mi puñetera vida.
Situada por la crítica dentro de lo que se conoce como ciencia-ficción, estamos ante un ejemplo singular, que se me antoja más cercano al cine de terror.
Un joven médico regresa, tras unos días de ausencia, a su pequeña localidad, Santa Mira. Nada más llegar le comunican algo insólito: hay gente en el pueblo que asegura que sus familiares no son sus familiares; una joven dice que su tío no es su tío; un niño huye de su madre alegando ...Que ésa no es su mamá.
El doctor, intrigado, decide derivar los casos al psiquiatra. Pero una noche, interrumpen la velada con su novia; es un amigo escritor que le llama al bar por un motivo urgente. Una vez en la casa del solicitante, éste le descubre el motivo de su llamada: en la mesa de billar ha aparecido un cadáver; eso sí, hay algo anormal en el cuerpo, parece un humano incompleto, no mutilado pero distinto del común de los mortales, alguien que no tuviera las facciones bien definidas.
Aquí comienza una verdadera pesadilla para nuestro protagonista, una huida en la que no podrá bajar la guardia, se tendrá que olvidar de lo que es dormir y luchar (al principio junto a su novia y luego en una angustiosa soledad) contra todos los que le rodean.
Invasion of the Body Snatchers (1956), dirigida por Don Siegel, tiene mucho de reivindicación de la individualidad, de alegato antitotalitario y remueve algo muy dentro de mí cada vez que la veo.
Stephen King en su recomendable ensayo sobre cine y literatura de terror Danza Macabra y Guillermo Cabrera Infante en alguno de sus artículos sobre cine (en uno titulado, con gran acierto, De entre los zombies, nos dice que nos encontramos aquí con una brillante adapatación de la teoría hindú del prana), nos la recomiendan vivamente. Y yo ante estos dos señores me quito el sombrero.
Pronto les hablaré de otro clásico del cine de terror de los años 50. Y ahora, con su permiso, me voy a dormir.

En la foto de abajo, el médico protagonista (Kevin McCarthy) y una vaina.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces, al salir a la calle y mirar a algunas personas, parece que la invasión es real...

Mr. Hyde dijo...

No lo dudes amigo, es real.
Procura no dormir hasta que no hayamos acabado con las vainas.

Anónimo dijo...

Fantástica la descripción que realizas de la película, pero echo de menos alguna referencia a un remake que es tan interesante como la película original. Me refiero a "La invasión de los ultracuerpos" dirigida por Philip Kaufman para United Artist en 1978 y con actores de la talla de Donald Sutherland o Jeff Goldblum, que ya podemos considerar como figuras importantes dentro del cine de terror y ciencia ficción. En este remake es memorable el final (que no voy a contar), en mi opinión, algo mejor que en la película de Don Siegel.

Recordar que podemos hacernos con el remake en la colección de cine de Terror que está sacando la revista de El Cultural que acompaña al diario El Mundo todos los jueves.

Mr. Hyde dijo...

Tienes razón Davis, la versión de 1978 no está nada mal. Sin llegar al nivel de la de Don Siegel, el final es de los que se recuerdan.