miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ed


Vuelvo a escuchar el muy recomendable disco Soup de Blind Melon, en concreto, la pegadiza Skinned, que versa sobre la figura del perturbado Ed Gein.

Son de sobra conocidas las obras inspiradas directa o indirectamente en el psychokiller de Wisconsin (ahí están el Norman Bates de Psicosis, el Leatherface de La Matanza de Texas o el Buffalo Bill de El silencio de los corderos). Sin necesidad de remover mucho podemos ver la lista de canciones aquí.






Elegiremos las tres más redondas para esta noche de noviembre.












Notas:

Inside a Serial Killer's House.
Life Classic.

El escritor Robert Bloch, cuyo libro Psycho adaptó Hitchcock, vivió, antes de publicar su obra sobre Norman Bates, cerca del lugar de los luctuosos hechos que hicieran célebre a Gein. El parecido entre Bates y Gein es incuestionable.

domingo, 16 de octubre de 2011

La saga de los Torrance





Hace pocos días se publicó la noticia de que Stephen King está escribiendo la segunda parte de El resplador.
Al parecer el protagonista es el hijo de Jack Torrance, Danny "... ahora convertido en un adulto capaz de apaciguar las mentes de enfermos terminales hasta que su labor se ve amenazada por la irrupción de unos vampiros." (¿se tratará todo esto de una broma de King?)





Aunque King se ha hartado de repetir que la adaptación de Stanley Kubrick no le acabó de gustar, no es exagerado calificar de clásico a este film con tantas imágenes perturbadoras que permanecen imborrables en la memoria de todo aquel que viera esta película de niño.




Por cierto, en los extras de la edición especial del DVD encontramos The Making of the Shining, el documental que Vivian Kubrick, la hija de Stanley Kubrick grabó durante el rodaje, cuando tenía 17 años. Pueden verlo aquí, cortesía de El pandemonium.org.


jueves, 22 de septiembre de 2011

El P-Lib, a las Generales

Señoras, señores, e incluso extraterrestres, que alguno habrá entre mis lectores...

les animo a que acudan este sábado día 24 a la Presentación -HOTEL NH EMBAJADA, CALLE DE SANTA ENGRACIA, 5 (METRO ALONSO MARTÍNEZ) 19:00-, en Madrid, del Partido de la Libertad Individual a las Elecciones Generales.





martes, 6 de septiembre de 2011

Recomendaciones (06/09/2011)

Buenas noticias:

Nuevo disco de ese gran músico llamado John Hiatt. Se trata de "Dirty Jeans and Mudslide Hymns"



Si tienen Spotify, pueden escucharlo aquí.

Y para los que echen de menos a los Screaming Trees, autores de esas dos auténticas joyas llamadas Sweet Oblivion y Dust, se acaba de publicar Last Words: The Final Recordings, compuesto de 10 canciones rescatadas de las últimas sesiones del grupo.


sábado, 25 de junio de 2011

Bill Hicks y Waco.

Hace poco les hablaba de Bill Hicks, y ya he podido ver el documental American: The Bill Hicks Story, que les recomiendo. Ver aquí entero.

Trailer





En la parte final de American..., se trata el asunto de Waco y los davidianos. Bill Hicks, gravemente enfermo y conocedor de la cercanía de su muerte, viaja cámara en mano a las cercanías del complejo asediado. Y lo que contempla allí en vivo no coincide en nada con la versión que aparece en las noticias. El programa de David Letterman cortó la actuación de Hicks cuando mentó el asunto, y supongo que hoy en día Hicks vería con agrado un documental como Waco: The Rules of Engagement, que denuncia la burda manipulación de lo ocurrido en 1993.


También pueden leer varios artículos de Anthony Gregory al respecto:


Why Waco Still Matters.


Podemos ver shows donde Hicks muestra su rabia ante la ocultación de la matanza perpetrada por la ATF.

Reproduzco aquí sus palabras, sacadas del documental:

'Los davidianos no fueron los primeros en disparar. Fueron asesinados a sangre fría por los cobardes, los mentirosos, la basura, la ATF.

Ellos quemaron vivos a esas putas personas porque el mensaje que quieren transmitirles a ustedes es "el poder estatal siempre ganará". Te haremos quedar como un abusador de niños y como un fabricante de metaanfetamina, diremos cualquier mentira que queramos a través de nuestra máquina de propaganda, los medios mayoritarios, y os quemaremos a ti, a tus hijos y a tu puta casa.

Así que tú sólo se apática, América, mantente dócil, y jamás olvides que eres libre de hacer lo que te digamos."


martes, 31 de mayo de 2011

'Inside Job' vs. 'Overdose: The Next Financial Crisis'


El documental Inside Job, que pretende analizar las causas y buscar a los responsables de la actual crisis financiera, amén de obtener el Oscar 2010, ha recibido multitud de elogiosas críticas.

Con ánimo de llevar la contraria, voy a destacar alguna de las negativas, de las que destrozan el aparentemente impecable edificio teórico elaborado por Charles Ferguson...


-'Outside Job'. Por Carlos Rodríguez Braun. Expansión


-'Banca y política'. Por CRB. Expansión


-Inside Job: A Look at the Heart of the Left. Por Jeffrey Tucker. Mises Economics Blog.


Existe un documental mucho más breve, de unos 46 minutos, y que aborda el mismo asunto que el anterior. Se trata de Overdose. The Next Financial Crisis. Dirigido por Martin Borgs, y con guión de Johan Norberg y el propio Borgs, su análisis es mucho más certero y sus conclusiones aun más inquietantes, si cabe, que en el caso de 'Inside Job'.

Véanlos y juzguen.

lunes, 30 de mayo de 2011

Artículos contra la 'Ley Mordaza'.

A propósito de la llamada Ley para la igualdad de trato y la no discriminación, nos dice José Carlos Rodríguez que no es "capaz de identificar una sola norma desde el final de la Guerra Civil que sea tan totalitaria como la que ha concebido el Gobierno socialista." Y, tristemente, soy de la opinión de que no está exagerando.


Les dejo algunos escritos de denuncia sobre este engendro legal, por si tuvieran a bien difundirlos:


Pajín ataca a la empresa y la propiedad privada con la Ley de Igualdad. Por D. Soriano. LD



También un temprano comunicado del Partido de la Libertad Individual, que detectó el terrorífico trasfondo que oculta esta aparentemente bien intencionada Ley...

No a la llamada ley de igualdad de trato. P-Lib


Por último, y a colación de lo anterior, el profesor Walter Block (en inglés, eso sí) desmonta el mito de la benevolencia de las leyes antidiscriminación...

The Case for Discrimination. Por Walter Block. LewRocwell.com


El socialismo sólo trae ruina y además, valiéndose de un tan pringoso como impostado sentimentalismo político, quiere moldear a su manera nuestro comportamiento, callándonos si fuera preciso. Los ataques a la libertad y a la propiedad, y la obsesión por intentar controlar la Red no cesan en los últimos tiempos. Hay que frenarlos antes de que sea demasiado tarde.

viernes, 27 de mayo de 2011

Artículos sobre Anthony de Jasay.

Ahora que se acerca una nueva edición de LIBERacción, la Feria del Libro Liberal, recuerdo que en el año 2009 le fue concedido el Premio Juan de Mariana a una trayectoria ejemplar en defensa de la libertad a Anthony de Jasay. Bien, es una lástima que las obras de este interesantísimo autor no se encuentren disponibles en castellano. En su día se publicó “El estado. La lógica del poder político” en Alianza Editorial, pero hoy está agotado y no sé de ninguna reedición.

De cualquier forma, les dejo una selección de artículos sobre de Jasay, varios escritos por un reconocido admirador y difusor de su obra, Carlos Rodríguez Braun.


-Anthony de Jasay en España. Por CRB. Expansión.

-Anthony de Jasay en España (II)

-Churchill vs. de Jasay. Por Carlos Rodríguez Braun. Expansión.

-Impulsos igualitarios. Por CRB.. Original en Expansión-PDF

-La antinomia del contractualismo. Revista Libertas 23. Instituto Universitario ESEADE. Por el propio A. de Jasasy.


-Sobre el libro Justice and Its Surroundings:


-
La justicia y sus suburbios. Por María Blanco. Instituto Juan de Mariana.



-El mundo según de Jasay. Por Roderick T. Long.

-Artículo original The World to according to de Jasay. Por Roderick T. Long. Mises Daily.


-Sobre su breve ensayo The Best of the Worst: What Price of Democracy. Library of Economics and Liberty XI-2010, Álvaro Delgado-Gal se muestra discrepante, amén de contar una anécdota sobre un encontronazo entre de Jasay y Karl Popper:

-Esto se pone raro. Por Álvaro Delgado-Gal. ABC



-Entrevista en Liberalismo Online. La original en el Istituto Bruno Leoni.


Para aquellos que quieran leer El Estado en inglés lo pueden hacer aquí, así como una larga serie de artículos en Library of Economics and Liberty.

Y por último, ante la pregunta de si es el gobierno limitado algo posible, varios autores como Randy E. Barnett, Gerald Gaus o el propio de Jasay aportan sus puntos de vista en el Cato Unbound.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Algunas notas adicionales sobre la Ciencia-Ficción Libertaria. Por Jeff Riggenbach.

Traducción del artículo Some Further Notes on Libertarian Science Fiction (Mises.org)


Este ensayo es una aproximación a cuatro escritores, ninguno de los cuales fue libertario, pero cada uno de los cuales escribió algo nuevo en la década de 1960 que hizo una contribución significativa a la tradición libertaria.

El primero de los cuatro fue un escritor de ciencia-ficción, aunque sólo de vez en cuando. Nació hace 94 años, el 25 de febrero de 1917, en los suburbios de Manchester, Inglaterra. Su nombre al nacer fue John Burgess Wilson. Su familia era católica, lo que en ese momento prácticamente garantizaba que sería confirmado en la Iglesia a la edad de siete años. Había, por lo tanto, ya llegado a ser conocido como "Jack Wilson" cuando, a mediados de 1920, fue, como él dice en su autobiografía, “confirmado en el nombre de [San] Anthony." Esto lo convirtió en John Anthony Burgess Wilson desde el momento de su confirmación en adelante y le dio el seudónimo bajo el cual se convertiría en famoso.

Anthony Burgess, o simplemente Burgess, como lo llamaré de ahora en adelante era el hijo de un músico, Joseph Burgess, que pasó de tocar el piano en los cines como acompañamiento de películas mudas a hacerlo en pubs, y finalmente dirigir un local de su propiedad. Joseph terminó en un estanco. Su hijo compartió su amor por la música y quería estudiar música en la Universidad de Manchester, pero no fue aceptado en el programa debido a sus calificaciones mediocres de enseñanza secundaria en física. Entonces se especializó en inglés. Después de la graduación en 1940, pasó seis años en el ejército durante y después de la segunda Guerra Mundial, luego obtuvo un puesto de más seis años como un instructor de literatura en varias escuelas secundarias inglesas.

En el año 1954, Burgess tenía 37 años de edad, y no ganaba

suficiente dinero con la enseñanza en la escuela. Había decidido probar suerte con un par de novelas. Pero cuando uno de los editores a los que había presentado una de estos libros le escribió, pidiéndole que fuera a sus oficinas de Londres para discutir sobre su manuscrito, descubrió que estaba demasiado arruinado para viajar los 75 kilómetros necesarios para llegar a ese requerimiento. Como él mismo dijo en su autobiografía, "yo estaba en deuda con el tendero y con la cuenta del banco al descubierto. No podía permitirse un billete de tren de retorno de Banbury a Londres." Al final, encontró una manera de hacer el viaje, pero su novela fue rechazada, de todos modos, no sólo por la editorial que había solicitado la reunión, sino por todas las editoriales con las que contactó. A la otra novela no le fue mejor.

Por otra parte, el Servicio Colonial Británico le había ofrecido un trabajo como profesor y administrador de educación en Malasia. Aceptó y pasó los siguientes cinco años en el Lejano Oriente. Fue allí donde se convirtió en un escritor publicado y por primera vez se llamó a sí mismo Anthony Burgess. Como escribió años más tarde en su autobiografía: "Cuando publiqué mi primera novela me vi obligado a hacerlo casi disfrazado. Yo era un oficial de la Oficina Colonial en aquel momento, y estaba mal considerado publicar ficción con el propio nombre”. En el momento en que regresó a Inglaterra en 1959, Burgess, contaba 42 años y había publicado no menos de tres novelas bajo su nombre recién asumido.

El problema no era sólo un comienzo tardío en su nueva carrera como novelista, sino también que sus perspectivas no eran especialmente buenas. Justo antes de salir el sudeste de Asia, se había derrumbado en su clase en la isla de Borneo y había sido trasladado a un hospital local, donde se le diagnosticó un tumor cerebral inoperable, le dieron un año de vida.

De vuelta en Londres un par de semanas más tarde, se dedicó a escribir varias novelas para que su esposa pudiera sacar algún provecho tras su muerte. Una de estas novelas fue lo que más tarde describió como "un jeu d'esprit alentado por la necesidad de dinero en tres semanas”. Un jeu d'esprit es, por supuesto, una muestra literaria de ingenio o habilidad, por lo general breve. El título de este particular jeu d'esprit fue “La naranja mecánica”. Fue publicado en 1962, cuando su autor tenía 45 años.

La naranja mecánica es la historia de Alex, un delincuente juvenil londinense en un futuro cercano. Alex falta a la escuela y duerme todo el día, luego sale por la noche para cometer actos de lo que él llama "ultra-violencia" - asaltos y agresiones, violación y asesinatos. Es detenido por las autoridades y sometido a la última tecnología de lavado de cerebro, que le hace incapaz incluso de ser testigo, y mucho menos participar en actos de cualquier tipo de violencia, sin sufrir un malestar extremo y náuseas. Cuando vuelve al mundo exterior de nuevo, no comete más actos de ultra-violencia, pero tampoco es capaz de defenderse cuando es abordado por matones y gamberros que aún no han sido reprogramados, incluyendo algunos de sus propios socios de fechorías de antaño, convirtiéndose en su víctima.

En su desesperación, intenta suicidarse, pero es rescatado por activistas políticos que se están organizando en contra del programa del gobierno para lavarles el cerebro a los criminales violentos. Estos activistas usan a Alex para promover su causa. Crean un escándalo público y se arreglan para llevar a cabo su lavado de cerebro invertido. Inmediatamente retorna a su viejo camino, la ultra-violencia.

La naranja mecánica no es un libro fácil de leer, y no me refiero a causa de la ultra-violencia, que es bastante repugnante, sin duda. Cuando digo que no es fácil de leer me refiero al idioma en que está escrito. Alex cuenta su propia historia en primera persona, hablando directamente al lector. Y el inglés que habla no es el inglés que estamos acostumbrados a oír hablar, el inglés que solemos leer entre las tapas de los libros. Incorpora una jerga adolescente del tiempo de Alex, así como palabras tomadas o adaptadas de Rusia. Su lectura es un poco como la lectura de Shakespeare por primera vez - oscuro al principio, pero usted consigue hacerse a ella cuando lleva 10 o 20 páginas.

Al igual que el inglés isabelino, el inglés de Alex es básicamente inglés moderno, con algunas palabras desconocidas mezcladas. Una vez que haya familiarizado con los nuevos vocablos, estás en casa gratis. Alex no tiene un vocabulario inusualmente grande. A pesar de las dificultades que la novela corta de Burgess plantea para el lector desprevenido, sin embargo, tuvo un éxito considerable en el mercado incluso antes de que la versión cinematográfica de Stanley Kubrick de 1971 hiciera de la historia un hito. Esa misma película hizo de Burgess un hombre rico y forzó su salida de Inglaterra, en primer lugar a Italia, luego a Mónaco. Se vio obligado a partir, es decir, optó por no pagar la alta factura de impuestos que le fueron presentados por las autoridades británicas. Como la mayoría de nosotros, Anthony Burgess, mostró poco entusiasmo por los impuestos.





No conozco ninguna razón para sospechar, sin embargo, que tal oposición a los impuestos, en principio, tuviera ningún significativo sentido libertario. Él había escrito sobre temas no políticos para Inquiry, la revista libertaria de opinión publicada en la década de 1970 y principios de 1980, primero por el Instituto Cato, y luego por la Libertarian Review Foundation. Pero eso parece haber sido todo el alcance de su conexión con el movimiento libertario. Por otra parte, su libro más famoso es sin lugar a dudas una expresión libertaria. Como Burgess mismo lo dijera casi 25 años después de la publicación original de La naranja mecánica:

“Un ser humano está dotado de libre albedrío. Se puede usar esto para elegir entre el bien y el mal. Si sólo se puede realizar el bien o sólo realizar el mal, entonces es un naranja mecánica - lo que significa que tiene la apariencia de un organismo encantador con color y zumo, pero en realidad es sólo un juguete de cuerda para ser moldeado por Dios o el Diablo, o el Estado todopoderoso."

La naranja mecánica se pretendía, en parte, como entretenimiento de una clase, reconoció Burgess. "Pero", escribió, "el libro es también una lección moral, y es sobre el alejamiento de la importancia fundamental de la elección moral." Alex pierde su propio poder de elección moral, a causa de la tecnología de lavado de cerebro, pero la novela no es en realidad acerca de los peligros de lavado de cerebro. En un nivel simbólico más abstracto, se trata de cualquier otro método que el Estado utilice para limitar o impedir el derecho del individuo a elegir. The Libertarian Futurist Society fue al corazón del asunto cuando, en 2008, presentó en su Prometheus Hall of Fame Award de obras clásicas de ficción libertaria “La naranja mecánica”.

Ningún reconocimiento comparable ha sido otorgado por cualquier institución libertaria que conozca para el escritor estadounidense Philip K. Dick. Sin embargo, en muchos sentidos, Dick es bastante comparable a Burgess. Al igual que Burgess no le dio a nadie ninguna razón para pensar que era un libertario. Al igual que Burgess, enterró todas las pruebas en su ficción. La gran diferencia entre los dos escritores es que mientras Burgess escribió una novela sin lugar a dudas libertaria y nada más que fuera ni remotamente libertario, Dick dispersó sus propias inclinaciones libertarias igualmente inconfundibles en tal vez hasta una docena de novelas publicadas durante la década de 1960-70.

La mayor parte de las más conocidas de las novelas de Dick, como la mayoría de las novelas de Anthony Burgess, no se preocupan de la política en absoluto. Cualquier rastro de libertarismo que pueda hallarse en novelas como El hombre en el castillo o Ubik estaría muy en el fondo, el primer plano de las novelas más conocidas de Dick se llena más con problemas psicológicos o metafísicos o epistemológicos que con los políticos.

Pero durante la década de 1960, Dick escribió algunas de ciencia ficción más explícitamente políticas. Pensemos, por ejemplo, en La pistola de rayos (The Zap Gun) , publicada por primera vez en 1967, en que se divide la sociedad norteamericana en dos clases, la "pursaps”, que creen que el gobierno federal de los Estados Unidos está protegiéndolos de amenazas a través del diseño y la construcción de cada vez más grandes y más temibles sistemas de armas, y los "cogs”, que entienden - es decir, son conscientes de - la verdad, y es que ninguna de estas armas tan poderosas están siendo usadas, excepto en las simulaciones filmadas. La dos grandes potencias participan en el fraude, que se perpetra con el fin de sostener una permanente economía de Guerra Fría.

O pensad en La penúltima verdad (The Penultimate Truth) , de tres años antes, en 1964. En esta novela, la mayoría de la población de la Tierra vive bajo el suelo, escondiéndose de una guerra termonuclear que creen se está librando en la superficie, dicha guerra la estarían llevando a cabo robots hechos en fábricas subterráneas. De hecho, no hay guerra. Es una ficción mantenida por una pequeña elite que vive en la superficie del planeta en espléndidas edificaciones y se dedica principalmente al placer personal. Para asegurarse de que todo continúe igual, los miembros de la élite también dedicar algún tiempo a la programación de un político androide que llaman Yancy, Yancy mantiene a las masas subterráneas tan alerta como mal informadas. Su tarea no es tan difícil, por supuesto, porque, como Douglas A. Mackey dice en su libro de 1988 sobre la vida y obra de Dick, “ellos quieren ser engañados; no pueden aceptar la verdad y los líderes les dan lo que ellos quieren: la ilusión de que la guerra es necesaria e inevitable ".


Mackey también toma nota de que Joe Fernwright, el personaje principal de Galactic Pot-Healer, publicado por primera vez en 1969, vive en el principio de la novela "en una distopía en la que la policía llega a detener a la gente por caminar muy lentamente, todas las llamadas telefónicas son supervisadas y todo el mundo está programado para tener un sueño en común todas las noches. " Mackey llama a esta sociedad "la negación Comunista más extrema de la conciencia personal".

Philip K. Dick nació en Chicago el 16 de diciembre de 1928, hijo de un burócrata federal. Se crió en la Ciudad de Windy City, en Washington, DC, y en la bahía de San Francisco, donde su madre lo llevó a vivir después de que ella y su esposo se divorciaron. Dick se graduó de la Berkeley High School en 1947 y se matriculó en la Universidad de California, pero lo dejó muy rápidamente cuando descubrió que todos los estudiantes varones en la universidad tenían que tomar ROTC.

Había desarrollado un interés por la música clásica cuando era muy joven y en el tiempo que estuvo en la escuela secundaria se había convertido en una autoridad en la materia. Trabajó en tiendas de discos hasta que, en 1952, a la edad de 23 años, habiendo publicado algunas historias cortas en revistas pulp de ciencia ficción, decidió probar suerte en la escritura a tiempo completo. Él escribió durante los siguientes 30 años, publicando 36 novelas, 121 cuentos cortos, y 14 colecciones de cuentos durante esas tres décadas. Murió de un derrame cerebral hace 29 años, el 2 de marzo de 1982, en Santa Ana, California. Tenía 53 años de edad.

He mencionado tres de las novelas de Dick en la década de 1960 que me parece que incluyen actitudes e ideas libertarias. Considere la posibilidad de una cuarta. The Simulacra fue publicada en 1964. Es probablemente la novela más explícitamente política que Dick escribió. Representa un futuro de Estados Unidos fusionado con Europa y gobernada por un Estado de Partido Único, a su vez controlada por un consejo formado por los propietarios y directores de un grupo de gigantes cárteles comerciales. Hay una elección cada cuatro años, pero el candidato ganador siempre es un simulacro, una muñeca animada de tamaño natural, un androide, completamente bajo el control del consejo.

A juzgar por los informes en los medios de comunicación, el poder real en el USEA - los Estados Unidos de Europa y América - es ejercido por la primera dama, Nicole Thibodeaux, que siempre sigue siendo la primera dama, independientemente de "quién" puede ser "elegido" cada cuatro años. Pero, de hecho, Nicole es sólo el último de una larga serie de actrices que han jugado esta parte en los medios nacionales, ayudando a los cárteles para mantener seguro el engaño ante los ojos de la ciudadanía.

En resumen, The Simulacra, como otras novelas de Philip K. Dick, retrata un mundo en el cual el gobierno es diabólico, hipócrita, y se empeña en ocultar la verdad a el público. O, como Douglas Mackey dice, en el mundo de las novelas Philip K. Dick, la política consiste en que “la manera en que parece estructurada la sociedad es un completo fraude, con manipulación de los medios... y una ocultación sistemática de los verdaderos centros de poder." Me parece que podríamos tomar algunas más que valiosas lecciones libertarias de la lectura de Dick. Ayn Rand ha sido llamada la droga de entrada para aquellos que están destinados a convertirse en adictos al liberalismo. Pero me parece que las novelas más explícitamente políticas de Philip K. Dick podrían servir el mismo propósito.

Y así como la gran novela libertaria de Ayn Rand La rebelión de Atlas presenta un cuadro extraordinariamente preciso de las políticas fascistas efectivamente perseguidas por el gobierno de EE.UU., la ficción libertaria o cuasi libertaria de Dick presenta un cuadro extraordinariamente preciso de la verdadera naturaleza del gobierno y los medios de comunicación en la sociedad estadounidense. Cualquiera que dude de esto debe consultar un par de libros de no ficción publicada en los años 1960 - libros escritos en torno al mismo tiempo en que Dick estaba escribiendo sus novelas.

El primero de estos dos libros es Who Rules America? (de G. William Domhoff), profesor de Psicología y Sociología en la Universidad de California en Santa Cruz. ¿Quién gobierna los Estados Unidos? fue publicado originalmente en 1967, cuando su autor tenía 30 años. Aunque Domhoff no era y no es un libertario, su libro tuvo un gran impacto en un número de personas que se involucraron en dicho movimiento durante la década de 1960 y primeros 70.

Lo mismo hizo el segundo libro de no ficción que tengo en mente Tragedy and Hope: A History of the World in Our Time por Carroll Quigley, un historiador estadounidense, con un doctorado en Harvard. Enseñó en las de Princeton y Harvard antes de pasar los últimos 35 años de su vida en la Georgetown University School of Foreign Service de Washington. En efecto, el libro de Quigley, que fue publicado por primera vez en 1966, proporciona los antecedentes históricos de la elite gobernante.

El libro de Quigley también explica por qué el gobierno federal de los Estados Unidos de Europa y América en la novela de Philip K. Dick The Simulacra es un Estado de Partido Único - y por qué aquellos que todavía creen a estas alturas que no hay ninguna diferencia significativa entre los republicanos y los demócratas se dejan llevar por la fantasía infantil. Como Quigley dijo:


"El argumento de que las dos partes deben representar los ideales y las políticas en oposición, uno, tal vez, de la derecha y la otra de la izquierda, es una idea tonta aceptable sólo por los doctrinarios y pensadores académicos. En cambio, las dos partes deberían ser casi idénticas, de modo que el pueblo estadounidense puede "echar a los bribones" en cualquier elección sin llegar a cualquier cambio profundo o extremo en la política. ... Cualquiera de las partes en la oficina se convierte al poco tiempo en corrupta, aburrida, poco emprendedora, falta de vigor. A continuación, debería ser posible reemplazarlo, cada cuatro años si es necesario, por la otra parte, que no será ninguna de estas cosas, pero seguirá persiguiendo, con igual afán, aproximadamente las mismas políticas básicas."

No, Quigley no era un libertario tampoco, sólo creía que las actividades de esta clase gobernante debe salir al aire libre, en lugar de ocultarse. Sin embargo, su libro ha ejercido una gran influencia sobre los libertarios, al igual que el libro de G. William Domhoff, y por las mismas razones.

lunes, 25 de abril de 2011

No a la identificación previa en Internet.


El Partido de la Libertad Individual (P-Lib) acoge con alarma las noticias cada vez más insistentes que apuntan a la posible promulgación este mismo año de una normativa estadounidense por la cual sería obligatorio identificarse para acceder a Internet. Esa identificación previa a la navegación por la red iría lógicamente acompañada del registro de toda la actividad online del usuario. Hace unos días entró en vigor algo parecido en Turquía, país miembro de la OTAN y aspirante a ingresar en la Unión Europea. Por su parte, el gobierno ruso está arremetiendo contra algunos de los principales servicios de correo electrónico por su carácter anónimo. Por lo tanto, ya no son únicamente países como China, Cuba o Irán los que vulneran la libertad en Internet. Los Estados pretenden imponer unos sistemas de control online equivalentes a la obligatoriedad de que todas las cartas fueran escaneadas por algún ministerio.

La perspectiva de que entre en vigor la National Strategy for Trusted Identities in Cyberspace (NSTIC) daría sentido a las crípticas declaraciones de la ministra González-Sinde cuando afirmó, el pasado mes de febrero, que “en los próximos meses veremos un cambio profundo en la manera de utilizar Internet”. Queda patente que ese cambio profundo es pasar del uso libre y anónimo a la vigilancia total de los Estados. El P-Lib llama a la sociedad a resistir frente a cualquier imposición que limite y pretenda controlar Internet, el mayor ámbito de libertad del que disponemos los ciudadanos. El P-Lib reitera su compromiso con la comunidad de usuarios de Internet: denunciar y atacar por todos los medios a su alcance las normas que limitan la libertad y el anonimato en la red. Estamos orgullosos de contar con el apoyo de muchas personas particularmente sensibilizadas con este ámbito de nuestra libertad, pertenecientes a algunas de las más conocidas organizaciones de defensa de la libertad en Internet. No les defraudaremos. Nuestra oposición al liberticidio digital es y será frontal, y constituirá uno de los elementos principales de nuestra campaña para las próximas elecciones a Cortes Generales.






Notas:

-Pueden leer también el comunicado aquí.


-La ilustración de arriba es obra del dibujante Ed Valigursky, y se usó como portada de la novela Eye in the Sky de Philip K. Dick.


- The Alan Parsons Project "Eye in the Sky"... Si bien no el resto de la canción, el estribillo tiene claras reminiscencias orwellianas.

I am the eye in the sky
Looking at you
I can read your mind
I am the maker of rules


domingo, 3 de abril de 2011

Out of the Blue (Caído del cielo) - Dennis Hopper (1980)

Anoche volví a ver “Out of the blue”, que dirigiera Dennis Hopper en 1980. Rescato el magnífico artículo que Gabriel Albiac dedicó en ABC a Hopper poco después de su muerte, donde glosaba dicha película:

Out of the Blue


GAVIOTAS que, con suprema elegancia, sobrevuelan el basurero; tan necrófagas como las hienas. La fuerza visual de esa metáfora persevera en la memoria de este animal enfermo de cine. Out of the blue («Caído del cielo») es para mí, con diferencia, la mejor película de Dennis Hopper. La que alza su elegía a un mundo muerto: el de la gran épica del rock and roll, al cual pusiera punto de inflexión poética su temprana Easy Rider, rodada cuando era posible aún morir en combate; aunque el combate fuera con un descerebrado rústico que tira de rifle desde su apestosa furgoneta. Era posible vivir deprisa; aunque, al final, la heroica Harley Davidson acabara destripada, al margen de una cuneta en la infinita línea de las carreteras que no van a ningún sitio. Era posible morir joven; aun cuando a tantos se llevara la muerte más estúpida; no la apocalíptica guadaña de los grandes relatos, la aguja sólo, la desalmada. ¿Dejar un bello cadáver? Eso, ni a los más altos héroes de Troya les fue concedido. El cadáver es maculado enseguida por el polvo. Y las Harley Davidson son máquinas demasiado puras para saber nada de aquellas lágrimas de plomo hirviente que Homero vio a los caballos de Aquiles verter sobre la polvareda del combate en el cual pereció Patroclo. Pero Easy Rider era 1969, cuando la tempestad apenas había anunciado su comienzo. Out of the blue sucede en las últimas trincheras, cuando, al cabo de once años, casi todas la batallas se han perdido.
Del más perseverante rockero de esos años tomaba el título de su película Hopper. Out of the Blue es la escueta maravilla que abre en bucle el álbum al cual da shakespeariano título uno de sus versos: ...rust never sleep..., algo así como que «la herrumbre nunca duerme». Bucle, porque con el eco de esa canción se cierra el disco: la misma, aunque cambiado el subtítulo (Into the black, en lo negro); la misma, sólo que dinamitado ahora el inicial tono angélico que daban a su apertura voz y pulcra guitarra, triturado por el estruendo que sabiamente distorsionan las guitarras eléctricas con las que Crazy Horse hizo los directos más bestias de esos años. «¡Más vale arder en una sola llamarada, puesto que la herrumbre nunca duerme!» La herrumbre, la jodida herrumbre, a la cual, si lo solemne nos complace, podemos llamar muerte. Pero que el Neil Young furioso que lo escupe sabía bien que no es ese instante sólo en el cual todo bicho -humano o lo que sea- tiene que dejar de estar; que es cada segundo, cada instante en el cual se nos va el presente y, con él, hasta el último átomo de cuanto somos. No es una revelación que haya impuesto el vértigo de nuestro siglo. Quevedo lo puso -y dio con ello cima a la intuición primera del Barroco-, en la forma más literariamente perfecta con que haya dado la lengua castellana para decir el drama de ser hombre: «presentes sucesiones de difunto».
A Hopper se lo ha llevado el cáncer. Tan común, tan canalla... La herrumbre que no duerme. Aquí, allá, en media docena de lenguas, leo tópicos que hablan de «icono de la contracultura». ¡Icono de la contracultura a los setenta y cuatro...! Aquí, allá, en media docena de lenguas, los mismos tristes lugares comunes sobre el motero de Easy Rider. No hay muchos que recuerden -quizá porque es más triste, por ser más inteligente- aquel Out of the Blue que seguía el vagar de una desolada adolescente, casi una niña, empeñada en repetir con Neil Young que «el rock and roll no morirá nunca», justo en los tiempos de los cuales el rock and roll era ya canto fúnebre. Inmenso basurero, sobrevolado por bellísimas bandadas de gaviotas. Necrófagas como hienas.
Notas:
No encuentro, ni en los títulos de crédito, ni en ningún otro lado, la lista de todas las canciones que suenan en la película...
Escuchamos, primero, la que da título al film, My, My, Hey, Hey (Out of the Blue) de Neil Young, del que también se incluye Thrasher (ambas del maravilloso Rust Never Sleeps); al grupo punk de Vancouver Pointed Sticks (gracias a P. Terrores por el dato), que aparecen tocando en directo Out of Luck y Somebody's Moon, y por supuesto, a Elvis, ídolo de la protagonista.

Viendo
Out of the blue llega uno a la conclusión, al igual que Mojo Nixon, de que Elvis está en todas partes.
Dennis Hopper en IMDB.
Para adentrarse en la generación de directores y actores (como Scorsese, Coppola, Spielberg, Altman, Schrader, Cimino, Bogdanovich, de Niro, Nicholson, Pacino o el propio Dennis Hopper) que entre finales de los 60 y primeros 80 revolucionaron la industria del cine, échenle un vistazo a Easy Riders, Raging Bulls, de Peter Biskind. En Editorial Anagrama. Y sobre este libro existe un documental, La generación que cambió Hollywood (Easy Riders, Raging Bulls. How the Sex, Drugs and Rock 'N' Roll Generation Saved Hollywood, 2003)

viernes, 25 de marzo de 2011

La hora del planeta.

Leo en ABC que “mañana es la hora del planeta, y que WWF espera que a las 20.30 horas se apague la luz en todo el mundo durante 60 minutos para dar un respiro a la Tierra.”

Este tipo de iniciativas, o similares cadenas que inundan los correos electrónicos son, como mínimo, ridículas, y no porque tengan poco seguimiento, sino que desde su misma raíz están equivocadas. Son fruto del caletre de malthusianos y amigos del apocalipsis, que nos llevan dando el tostón ya ni se sabe los años.

Siempre he pensado que si hiciéramos caso de la prédica ecologista estaríamos abocados a un final tan trágico como el del pobre protagonista de Wicker Man, víctima de una pagana secta que rinde culto a la madre tierra. La misma Madre Tierra que se cepilla miles de vidas por un golpe de mar o hace temblar sus entrañas para engullir a hombrecillos cada cierto tiempo.

La única opción consecuente con sus mismas teorías (véase si no la filosofía del primitivista John Zerzan) es animar a la gente al suicidio en masa, a la manera de Soylent Green y predicando con el ejemplo, claro está. Imaginen una tierra sin la horrible presencia del ser humano, donde las fierecillas y la vegetación todo lo invadan. He aquí, por fin, el paraíso ecologista, la vuelta a los orígenes. O sea, a la nada.

Ya que según el eminente científico Hugo Chávez el capitalismo destruyó la vida en Marte, abandonemos de una vez, dejemos respirar a la Tierra.

Pueblos del mundo, extinguíos.






Notas.

-La viñeta sobre la eco-tortura es de Cox y Forkum. Vista en 30 more great environment cartoons.


-Crítica de la película Wicker Man.

-Sobre la filosofía primitivista de John Zerzan, ver el artículo de Gustavo Bueno La nostalgia de la barbarie, como antiglobalización.

viernes, 18 de marzo de 2011

Dos relatos: Hans y los insectos (Agustín de Foxá) y Bebe mi sangre (Richard Matheson).


"La civilización de las hormigas, millones de años anterior a la de Babilonia o la de Egipto, reveló sus secretos. Seres inteligentísimos, evolucionando desde el ámbar del Báltico, pero mudos hasta entonces para el Hombre (el último ser aparecido), empezaron a hablar." Hans y los insectos. - Agustín de Foxá.


Conocía a Agustín de Foxá sólo por su "Madrid, de Corte a cheka". Pero el otro día, buscando relatos de ciencia-ficción me topé con el libro 'Historias de ciencia ficción. Relatos, teatro y artículos' donde se incluye "Hans y los insectos" (1953), en palabras de Francisco Umbral "un relato sencillamente magistral"...

Hans es un ingeniero forestal y exterminador de plagas sueco que ha dado a parar en un pueblo de Castilla. Sus métodos infalibles para acabar con los insectos le han dado fama mundial, y lo más curioso de todo no sólo es que no utilice DDT u otros agentes químicos para su labor, sino que nadie conozca cómo logra tal efectividad. El mantiene en absoluto secreto su método.

¿Puede un hombre comunicarse con los insectos? ¿Qué tienen en común las organizaciones de las hormigas o abejas con la especie humana? Los descubrimientos de Hans, a pesar de sus éxitos iniciales, le llevarán, sin embargo, a vivir una pesadilla. Lo policial se da la mano de la alegoría política y de una historia de terror.

Por cierto, glorioso el final del cuento, ambiguo y nada tranquilizador. Toda una joya.


"No pronunció una palabra hasta los cinco años. Entonces, una noche, a la hora de la cena, se sentó a la mesa y dijo:
-Muerte." Bebe mi sangre. - Richard Matheson.

Y del caleidoscópico Hans y los insectos del conde de Foxá a un tan breve como contundente cuento vampírico del gran Richard Matheson, del que es interesante conocer su biografía:

"Descendiente de emigrantes noruegos, Richard Burton Matheson nació en Allendale, Nueva Jesrsey, en 1926. A los tres años su familia se mudó a Brooklyn, Nueva York, donde se crió con su madre, separada, devota de la iglesia de Cristo Científico. Lector precoz, Matheson pronto descubrió la literatura fantástica, y a los nueve años ya público sus primeros cuentos en los periódicos locales. Estudió ingeniería estructural en el Brooklyn Technical School y después de graduarse en 1943, se alistó en el ejército en un programa para ingenieros hasta que fue enviado al frente en 1944 como soldado de infantería. Herido en combate, retornó a su país: más tarde, se inscribió en la universidad de Misouri donde se graduó en periodismo en 1949. Un año después, cuando aún estaba dudando si dedicarse a la literatura o a la música, vendió su primer cuento, Nacido de hombre y mujer, a la Magazine of Fantasy and Science Fiction. Este relato fue aclamado por los lectores como un clásico del género y le hizo famoso. En 1951 se fue a vivir a California y un año después se casó con Ruth Ann Woodson con la que tuvo cuatro hijos.

En 1954 apareció su novela Soy leyenda, sobre una pandemia (el Bacillus vampirus) que parece haber exterminado a toda la población del mundo, convirtiendo a los que se quedan en feroces vampiros y dejando como único superviviente de la humanidad a un solo hombre. En 1956 se publicó su otra obra clásica, El hombre menguante, en torno a un personaje que comienza a empequeñecer progresivamente, debido a una extraña intoxicación, hasta extraviarse en un mundo cada vez más desconocido y de proporciones cada vez más gigantescas. La adaptación al cine de esta novela le convirtió en guionista de Hollywood, y en los años sesenta adaptaría varios relatos de Poe al cine y años más tarde varios capítulos de la serie La dimensión desconocida (The Twilight Zone), y escribiría el guión de la película de Steven Spielberg, El diablo sobre ruedas, basada en un relato suyo.

Además de las obras mencionadas, Matheson es autor de veinte novelas de las cuales citaremos Someone is Bleeding (1953), La casa infernal (1971), En algún lugar del tiempo -Bid Time Return- (1975), Más allá de los sueños -What Dreams May Come- (1975) y Eartbound (1989). Sus colecciones de relatos han aparecido consecutivamente en Shock! (1961), Shock 2 (1964), Shock 3 (1966), Shock Waves (1970), Shock 4 (1980) y Collected Stories (1989). Según sus propias palabras, el Leitmotiv de todo su trabajo literario se centra en el "individuo aislado que trata de sobrevivir en un mundo amenazador".

Matheson ha tocado el asunto del vampirismo, además de en Soy leyenda, en un guión para televisión llamado No Such Thing as a Vampire. También en el cuento que les quiero recomendar, Bebe mi sangre. Se trata la historia de Jules, un niño silencioso y perturbado cuya única obsesión es la sangre, y cuyo extraño comportamiento causa inquietud en la escuela y en el vecindario. Un día descubre el Drácula de Bram Stoker, libro que lleva a todas partes y que toma como guía espiritual. El relato pareciera el estudio de un caso patológico, aunque el referente mítico hace su aparición inesperadamente.

En Bebe mi sangre se da, al igual que en aquel Nacido de hombre y mujer, una buena dosis de brutalidad; en ambos no asoma, ni de lejos, la piedad. Léanlos.


Notas:

Ver el artículo Agustín de Foxá y los insectos. Por Jorge Vilches.

La peculiar relación de Hans con los insectos, que "quiso transformarse de ingeniero sueco en Providencia implacable", me ha recordado a una historia de los Simpsons incluida en Treehouse of Horror VII. Se trata de 'The Genesis Tub', donde Lisa crea accidentalmente un micromundo en su muela recién extraída.

Historias de ciencia ficción. Relatos, teatro, artículos. De Agustín de Foxá. En La casa del libro.

Una selección de relatos de Richard Matheson en español: Pesadilla a 20.000 pies y otros relatos insólitos y terroríficos. Editorial Valdemar.

Pueden leer el relato Bebe mi sangre en la antología Vampiros, publicada por la Editorial Atalanta, con un muy interesante prólogo de Jacobo Siruela. La biografía sobre Matheson de arriba ha sido copiada de dicho volumen.


domingo, 13 de marzo de 2011

20 películas libertarias. 2- Cuando el destino nos alcance...(1973).

THE YEAR: 2022

THE PLACE: NEW YORK CITY

THE POPULATION: 40,000,000


El director Richard Fleischer presentó en 1973 una distopía basada en el libro de Harry Harrison ‘Make Room! Make Room!’. En la ciudad de Nueva York, allá por el año 2022, hay una preocupante superpoblación así como una terrible escasez de alimentos. La gente vive hacinada en una urbe caótica donde se decretan continuos toques de queda.

Muy pocos pueden acceder a la comida, siendo la empresa Soylent Corporation, en connivencia con las autoridades, la que distribuye unas tabletas sintéticas a las turbas ansiosas por obtener su ración.

En la ciudad devastada trabaja como policía el detective Thorn (Charlton Heston), ayudado en sus investigaciones por el anciano profesor Sol Roth (Edward G. Robinson). El detective Thorn es avisado de que un hombre, William R. Simonson (Joseph Cotten), ha aparecido muerto en su casa. La vivienda forma parte de unos apartamentos de la zona rica de la ciudad, zona que se encuentra amurallada para evitar posibles asaltos.

Al principio se cree que el móvil del crimen es el robo. Al parecer, un morador de la zona pobre se aprovechó de un fallo en el sistema de alarma para irrumpir y desvalijar la casa. Sin embargo, a nuestro detective no le parece convincente dicha teoría y encarga al viejo Sol que investigue sobre el acaudalado inquilino, el tal Simonson.

En la casa del muerto se encuentran dos gruesos tomos relacionados con la corporación Soylent que Thorn decide llevarse consigo. Las primeras sospechas apuntan a que el guardaespaldas del finado es realmente quien está detrás de lo sucedido.

Las pesquisas de Thorn y Sol Roth les conducirán a averiguar, será Sol Roth el primero en hacerlo, un terrible secreto. Tanto es así que éste no podrá soportarlo, decidiendo poner punto final a su vida y comunicar, in extremis, lo descubierto a su camarada Thorn.

La historia de “Cuando el destino nos alcance…” puede ser vista con júbilo por malthusianos encantados de contemplar –aunque sea en la ficción- sus profecías cumplidas; estoy también seguro de que los ecologistas la disfrutarán por parecidas razones y se relamerán con el retrato de ese planeta desolado por los hombres, que han envenenado el agua y la tierra. De esta película se pueden hacer, por tanto, varias y contradictorias lecturas...

En lo tocante al mensaje libertario, aquí lo que se aprecia es un gobierno omnipotente que raciona los “alimentos” fabricados por una gran corporación, tan entrelazada con el propio gobierno que es indistinguible de éste. O sea, un caso de ‘… combinación de gran gobierno y gran empresa, (que es) el caldo de cultivo adecuado para la tiranía’; y una ocultación sistemática de información vital. Cristian Campos, por su parte, la ve así: "La seguridad social y el estado del bienestar, llevados a su corolario lógico: la eutanasia masiva de viejos e incapaces, a cargo del presupuesto del estado".

El futuro que nos ofrece esta película es el de ciudadanos que han perdido ya todo rastro de humanidad, de gente a la que hasta la ‘cicuta’ le es administrada por el gobierno. Hombres que, en la mayoría de los casos no han llegado a saber cómo era un río, el mar o un bonito paisaje; salvo aquellos que, por avanzada edad, sí pudieron conocer el mundo como nosotros y lloran, desconsolados, viendo esas postales/imágenes de otra época (mientras escuchan a Tchaikovsky, Beethoven o Edvard Grieg) y saben que ya todo está definitivamente perdido.

Los últimos minutos del film, demoledores – con esa despedida tan triste de Sol Roth y la desesperación de un malherido Heston intentando que se difunda la terrible información que le acaban de revelar-, forman parte de esos finales abiertos e inolvidables con una frase que ha dejado huella en la historia del cine, al igual que sucediera con “El planeta de los simios” y Heston gritando, lleno de rabia y dolor, a una semidestruida estatua de la Libertad; o los desgarrados lamentos de advertencia del doctor Miles Bennell en medio de una carretera atestada de tráfico en “La invasión de los ladrones de cuerpos”.



Notas:


-El director, Richard Fleischer, tiene una filmografía digna se ser reivindicada, con algunas películas tan recomendables como...

"20.000 leguas de viaje submarino" (1954); "Los vikingos" (1958); "El estrangulador de Boston" (1968) o "Mr. Majestyk" (1974).

-Ver 20 películas de derechas en orden de excelencia. Las listas de Cristian Campos.

-La viñeta de Cox and Forkum, vista en Capitalism Magazine.

-‘… combinación de gran gobierno y gran empresa, (que es) el caldo de cultivo adecuado para la tiranía’. Ver "Facción anarquista en el Partido de la libertad individual". También LP Radical Caucus 1979.

-El soundtrack de “Cuando el destino nos alcance…” incluye:

"Symphony No. 6 in B Minor, Op.74: 'Pathetique': I. Adagio - Allegro non Troppo"

Pyotr Ilyich Tchaikovsky

"Symphony No. 6 in F Major, Op.68: 'Pastoral': I. Allegro ma non Troppo"

Ludwig van Beethoven

"Peer Gynt Suite No.1, Op.46: I. 'Morning'"

Edvard Grieg

"Peer Gynt Suite No.1, Op.46: II. 'Aase Death'"

Edvard Grieg

-Charlton Heston trabajó en otra producción de terror/ciencia-ficción de similares características: “El último hombre vivo” (The Omega Man), basada en la obra del sin par Richard Matheson “I Am Legend”: Un único superviviente en Los Ángeles, tras una epidemia que ha transformado a todos los seres humanos en vampiros, lucha día y noche por conservar la vida. Más adelante volveré sobre ella.

-Esta fue la última película protagonizada por Edward G. Robinson, un actor colosal. Compruébenlo viendo “Perversidad” de Fritz Lang.

-Son varias las referencias y homenajes a esta película en el mundo de la cultura. Matt Groening la recordaba en episodios de Futurama y Los Simpsons.

martes, 8 de marzo de 2011

20 películas libertarias. 1- La invasión de los ladrones de cuerpos (1956).

"Look! You fools! You're in danger! Can't you see? They're after you! They're after all of us! Our wives…our children…they're here already! You're next!" ~ Dr. Miles Bennell


A los ecologistas habría que recordarles, como bien hace Cristian Campos, que la Naturaleza también es el Ébola y que, además de virus terribles, proliferan otros fenómenos más o menos desagradables de depredación como el parasitismo, siendo el huésped del parásito casi siempre ignorante de su condición de fuente de alimento de otro ser. Pero hay un caso realmente curioso e inquietante: Entre los hongos encontramos un género, el de los Cordyceps, que agrega más de 400 especies con la común característica de que todas son parásitas, normalmente de insectos (hongos entomopatógenos) pero también de artrópodos y de otros hongos. Algunas especies del género Cordyceps son capaces de afectar a la conducta de su insecto hospedador. El Cordyceps unilateralis, por ejemplo, hace que las hormigas se suban a la parte superior de una planta y se agarren a ella antes de morir, asegurando una distribución máxima de las esporas procedentes del cuerpo fructífero que brota del cadáver del insecto. Es decir, que anulan la “voluntad” de la hormiga, dándose el fenómeno de las "hormigas zombies", formícidos transformados en mero instrumento al servicio del hongo que, cuando ha satisfecho su necesidad, deja al animal morir. Imaginen, ahora, que un hongo de estas características cambia las hormigas por humanos y ya tienen una película de terror. Que el hongo sea morador del planeta tierra o venga del espacio exterior lo mismo nos da.

Bien, pues en el mundo de la ficción se abordó, allá en la década de los 50, tan terrible asunto de la mano de, al menos, dos escritores:

En el mismo año 1954 aparecen la novela de Jack Finney “The Body Snatchers” y el relato “The Father-Thing”, con una asombrosa coincidencia temática: la duplicación de hombres por unas criaturas venidas de vete tú a saber dónde. En el caso de “El padre-cosa”, ese genio de la literatura llamado Philip K. Dick nos desasosegaba con una historia de un padre al que su hijo, aterrado, comienza a ver igual que a un extraño. En un momento dado el niño y otros dos chavales encontrarán un repugnante ser, una especie de enorme ciempiés, oculto en el jardín de una feliz familia norteamericana.

El libro de Finney es mucho más conocido porque fue llevado al cine con éxito en 1956, encargándose del guión Daniel Mainwaring y, sin figurar en los créditos, Richard Collins. De la dirección se ocupó, con mano maestra, Donald Siegel. Vayamos con la película de Siegel:

El joven doctor Miles Bennell regresa, tras unos días de ausencia, a su pequeña localidad, Santa Mira. Nada más llegar le comunican algo insólito: hay gente en el pueblo que asegura que sus familiares no son sus familiares; una joven dice que su tío no es su tío; un niño huye de su madre alegando... que ésa no es su mamá.

El doctor, intrigado, decide derivar los casos al psiquiatra, que le tranquiliza hablándole de un caso, no tan extraño al parecer, de histeria colectiva. Pero una noche, interrumpen la velada del médico protagonista en un bar; es un amigo escritor el que, alarmado, le reclama a tan altas horas por un motivo urgente. Una vez en la casa del solicitante, éste le descubre el motivo de su preocupación: en la mesa de billar ha aparecido un cadáver; eso sí, hay algo anormal en el cuerpo, parece un humano incompleto, no mutilado pero distinto del común de los mortales, alguien que no tuviera las facciones bien definidas.

Aquí comienza una verdadera pesadilla para nuestro protagonista, una huida en la que no podrá bajar la guardia, tendrá que olvidar lo que es dormir y huir (al principio junto a su novia y luego en una angustiosa soledad) de todos los que le rodean.

Stephen King le dedica siempre elogiosas palabras y Guillermo Cabrera Infante (en un artículo titulado, con gran acierto, ‘De entre los zombies’) sugiere que nos encontramos ante una brillante adaptación de la teoría hindú del prana.

Se ha hablado de esta película como alusiva al McCarthysmo y a la paranoia anticomunista propia de aquella época de la Guerra Fría, pero tengo entendido que Finney sólo intentó contar una buena historia de terror. Según el punto de vista de John W. Whitehead: “La única resistencia a la represión percibida, nos dice ‘ladrones de cuerpos’, es un individualismo listo para el combate. Hay esperanza en el individuo desafiante. El conflicto entre la sociedad y el individuo es perpetuo. Y los villanos no están tanto en el otro lado del mundo como a nuestro alrededor. El enemigo real, por lo tanto, es el gobierno con sus cada vez más invasivas medidas - algo que ahora vemos que sucede en todo el país - y, de la misma manera, la conformidad ante este clima totalitario. La resistencia debe estar en contra de todas las imposiciones gubernamentales que ponen en peligro nuestras libertades civiles y en contra de toda clase de conformidad, no importa la forma, tamaño o color del paquete que entra en juego porque si no, el enemigo nos arrulla a renunciar a nuestra individualidad.” Por otra parte “Don Siegel reconoció que su película retrata el conflicto entre las personas y las diversas formas de autoridad sin sentido y negó un motivo anti-comunista. En defensa de ‘La invasión de ladrones de cuerpos’, dijo, "Creo que el mundo está poblado por las vainas y yo lo quería mostrar." Sea como fuere, hoy vuelvo a pensar en que es imposible no ver este clásico de los 50 como uno de los más importantes alegatos (alegóricos) hechos contra el colectivismo. Cualquier libertario que se precie debería conocer la obra de Siegel: la epopeya de un hombre contra el totalitarismo (representado por la masa de gente convertida en Pod People), el individuo luchando por no formar parte de un engranaje diabólico, parte de una especie de socialismo que reduce a los humanos a meros insectos sin voluntad. Hoy sabemos que “El Socialismo es un sistema maravilloso. Si eres una hormiga”¿Para el hombre? Como dice el entomólogo E.O. Wilson, "Gran idea. Especie equivocada".



Notas:

-Cristian Campos y el ecologismo: ver “20 películas de izquierdas sin orden ni concierto”.

-Algunas clases de Cordyceps son utilizadas por la medicina tradicional china.

-El extraño caso de las 'hormigas zombies'. ABC.

-Stephen King, como digo arriba, se ha referido a esta película en muchas ocasiones, pueden ver su ensayo Danza Macabra, publicado por la Editorial Valdemar.

-En los Cuentos Completos de Philip K. Dick, Editorial Minotauro, encontrarán “The Father-Thing” (Volumen III).

-El artículo de Guillermo Cabrera Infante “De entre los zombies” apareció en el libro “Cine o sardina”, Editorial Alfaguara. Página 445. Léanlo aquí en PDF.

-A mí parecer, el film de Siegel es de lo más destacable de la, por otra parte, maravillosa década de los 50, una época dorada en lo que al género de terror y ciencia-ficción se refiere. Véase si no esa angustiosa joya titulada “El increíble hombre menguante”. No se volvería a rayar a la misma altura hasta el “Alien” (1979) de Ridley Scott o “La cosa” (1982) de John Carpenter.

-Les recomiendo, amén de la película de Siegel, la versión que Philip Kauffman realizó en 1978. Fue protagonizada por Donald Sutherland y cuenta con un memorable final.

-The Body Snatchers: They're After All of Us and You're Next. John W. Whitehead. LewRockwell.com

-BARCEPUNDIT "EL SOCIALISMO es un sistema maravilloso. Si eres una hormiga".

-Los carniceros del norte. "La invasión de los ultracuerpos" YouTube