domingo, 13 de marzo de 2011

20 películas libertarias. 2- Cuando el destino nos alcance...(1973).

THE YEAR: 2022

THE PLACE: NEW YORK CITY

THE POPULATION: 40,000,000


El director Richard Fleischer presentó en 1973 una distopía basada en el libro de Harry Harrison ‘Make Room! Make Room!’. En la ciudad de Nueva York, allá por el año 2022, hay una preocupante superpoblación así como una terrible escasez de alimentos. La gente vive hacinada en una urbe caótica donde se decretan continuos toques de queda.

Muy pocos pueden acceder a la comida, siendo la empresa Soylent Corporation, en connivencia con las autoridades, la que distribuye unas tabletas sintéticas a las turbas ansiosas por obtener su ración.

En la ciudad devastada trabaja como policía el detective Thorn (Charlton Heston), ayudado en sus investigaciones por el anciano profesor Sol Roth (Edward G. Robinson). El detective Thorn es avisado de que un hombre, William R. Simonson (Joseph Cotten), ha aparecido muerto en su casa. La vivienda forma parte de unos apartamentos de la zona rica de la ciudad, zona que se encuentra amurallada para evitar posibles asaltos.

Al principio se cree que el móvil del crimen es el robo. Al parecer, un morador de la zona pobre se aprovechó de un fallo en el sistema de alarma para irrumpir y desvalijar la casa. Sin embargo, a nuestro detective no le parece convincente dicha teoría y encarga al viejo Sol que investigue sobre el acaudalado inquilino, el tal Simonson.

En la casa del muerto se encuentran dos gruesos tomos relacionados con la corporación Soylent que Thorn decide llevarse consigo. Las primeras sospechas apuntan a que el guardaespaldas del finado es realmente quien está detrás de lo sucedido.

Las pesquisas de Thorn y Sol Roth les conducirán a averiguar, será Sol Roth el primero en hacerlo, un terrible secreto. Tanto es así que éste no podrá soportarlo, decidiendo poner punto final a su vida y comunicar, in extremis, lo descubierto a su camarada Thorn.

La historia de “Cuando el destino nos alcance…” puede ser vista con júbilo por malthusianos encantados de contemplar –aunque sea en la ficción- sus profecías cumplidas; estoy también seguro de que los ecologistas la disfrutarán por parecidas razones y se relamerán con el retrato de ese planeta desolado por los hombres, que han envenenado el agua y la tierra. De esta película se pueden hacer, por tanto, varias y contradictorias lecturas...

En lo tocante al mensaje libertario, aquí lo que se aprecia es un gobierno omnipotente que raciona los “alimentos” fabricados por una gran corporación, tan entrelazada con el propio gobierno que es indistinguible de éste. O sea, un caso de ‘… combinación de gran gobierno y gran empresa, (que es) el caldo de cultivo adecuado para la tiranía’; y una ocultación sistemática de información vital. Cristian Campos, por su parte, la ve así: "La seguridad social y el estado del bienestar, llevados a su corolario lógico: la eutanasia masiva de viejos e incapaces, a cargo del presupuesto del estado".

El futuro que nos ofrece esta película es el de ciudadanos que han perdido ya todo rastro de humanidad, de gente a la que hasta la ‘cicuta’ le es administrada por el gobierno. Hombres que, en la mayoría de los casos no han llegado a saber cómo era un río, el mar o un bonito paisaje; salvo aquellos que, por avanzada edad, sí pudieron conocer el mundo como nosotros y lloran, desconsolados, viendo esas postales/imágenes de otra época (mientras escuchan a Tchaikovsky, Beethoven o Edvard Grieg) y saben que ya todo está definitivamente perdido.

Los últimos minutos del film, demoledores – con esa despedida tan triste de Sol Roth y la desesperación de un malherido Heston intentando que se difunda la terrible información que le acaban de revelar-, forman parte de esos finales abiertos e inolvidables con una frase que ha dejado huella en la historia del cine, al igual que sucediera con “El planeta de los simios” y Heston gritando, lleno de rabia y dolor, a una semidestruida estatua de la Libertad; o los desgarrados lamentos de advertencia del doctor Miles Bennell en medio de una carretera atestada de tráfico en “La invasión de los ladrones de cuerpos”.



Notas:


-El director, Richard Fleischer, tiene una filmografía digna se ser reivindicada, con algunas películas tan recomendables como...

"20.000 leguas de viaje submarino" (1954); "Los vikingos" (1958); "El estrangulador de Boston" (1968) o "Mr. Majestyk" (1974).

-Ver 20 películas de derechas en orden de excelencia. Las listas de Cristian Campos.

-La viñeta de Cox and Forkum, vista en Capitalism Magazine.

-‘… combinación de gran gobierno y gran empresa, (que es) el caldo de cultivo adecuado para la tiranía’. Ver "Facción anarquista en el Partido de la libertad individual". También LP Radical Caucus 1979.

-El soundtrack de “Cuando el destino nos alcance…” incluye:

"Symphony No. 6 in B Minor, Op.74: 'Pathetique': I. Adagio - Allegro non Troppo"

Pyotr Ilyich Tchaikovsky

"Symphony No. 6 in F Major, Op.68: 'Pastoral': I. Allegro ma non Troppo"

Ludwig van Beethoven

"Peer Gynt Suite No.1, Op.46: I. 'Morning'"

Edvard Grieg

"Peer Gynt Suite No.1, Op.46: II. 'Aase Death'"

Edvard Grieg

-Charlton Heston trabajó en otra producción de terror/ciencia-ficción de similares características: “El último hombre vivo” (The Omega Man), basada en la obra del sin par Richard Matheson “I Am Legend”: Un único superviviente en Los Ángeles, tras una epidemia que ha transformado a todos los seres humanos en vampiros, lucha día y noche por conservar la vida. Más adelante volveré sobre ella.

-Esta fue la última película protagonizada por Edward G. Robinson, un actor colosal. Compruébenlo viendo “Perversidad” de Fritz Lang.

-Son varias las referencias y homenajes a esta película en el mundo de la cultura. Matt Groening la recordaba en episodios de Futurama y Los Simpsons.

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