Domingo, maldito domingo.
Día primaveral, periódico, pan, paseos y una melancolía solo atenuada por el episodio de Los Simpsons -con canción de Tom Petty, The Waiting, incluida- en que Homer compra un arma y entra a formar parte de la National Rifle Assoaciation.
El ánimo sombrío me hace releer sonetos de Quevedo y volver a Bruce Springsteen y su Tougher Than The Rest, a la infancia y a ciertos paisajes: Monte, castaños, perales, encinas, una charca en el fondo de un abismo y la constatación de que ya nada importa.
Siguiendo con la terapia musical nada mejor que repetir con The Boss en su vertiente más austera, la del Nebraska de 1982: que suene pues Atlantic City.
Perdonen, queridos lectores, estas divagaciones fruto del aburrimiento.
Y ahora, si me permiten, me voy con mi lira al inframundo, do mora Hades.
PD. Remato con un poema de Jaime Gil de Biedma:
DE VITA BEATA
En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda,
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia
3 comentarios:
No pidas perdón por las divagaciones, a mi, desde luego, me gustan. Es muy sano divagar, aunque a veces estén rodeadas de alambre de espino.
El maestro, como siempre, tan acertado...
Eu!
Espero ir pronto a Madrid y brindar por el espíritu de Li-Po.
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